Donald Trump ha logrado un sorprendente regreso al poder tras vencer a Kamala Harris en las elecciones, superando así una condena penal, múltiples imputaciones y hasta un intento de asesinato en su contra. Su victoria representa el triunfo de una campaña que capitalizó el descontento de amplios sectores de la población por la situación económica y la inmigración ilegal.
La promesa de Trump de transformar el sistema político y desafiar al statu quo movilizó a millones de votantes. Para ellos, su postura contra el establecimiento y su crítica a las élites resonaron como una defensa del sueño americano. En un país dividido, sus propuestas de cerrar la frontera, revitalizar la economía con aranceles proteccionistas y evitar conflictos internacionales captaron una amplia base de apoyo.
Trump asume nuevamente como el presidente número 47, marcando un hito histórico al convertirse en el primer mandatario, desde Grover Cleveland, en ganar una segunda oportunidad en la Casa Blanca tras una derrota. A sus 78 años, se convierte además en el presidente de mayor edad en asumir el cargo, superando el récord de Joe Biden.
Para una gran parte de los ciudadanos, su regreso genera inquietud, viendo en él una amenaza para la democracia debido a su historial de confrontación con el sistema judicial y la prensa independiente. Sin embargo, su estilo provocador es visto por sus seguidores como una cualidad, un símbolo de resistencia frente a lo que consideran instituciones fallidas.
Los resultados iniciales muestran que Trump mejoró su desempeño en varios condados respecto a 2020 y logró consolidar su victoria en estados clave como Georgia, Carolina del Norte y Pensilvania. El Partido Republicano también obtuvo una ventaja en el Senado, mientras que la Cámara de Representantes continúa en disputa.
En su discurso de victoria en West Palm Beach, Florida, Trump se declaró líder de un "movimiento político sin precedentes" y aseguró que tomará posesión con un “mandato fuerte y claro”. Su discurso subraya su compromiso con una agenda de cambio radical, prometiendo deportaciones masivas, políticas de seguridad estrictas y una revisión profunda del sistema gubernamental.
La campaña de Harris, marcada por el intento de representar un liderazgo centrado en la clase media y en temas como los costos de vida, salud y cuidado infantil, no logró contrarrestar la narrativa de cambio que Trump sostuvo. A pesar de los intentos de advertir sobre los riesgos de un segundo mandato de Trump, especialmente tras los incidentes del 6 de enero de 2021, estas preocupaciones no tuvieron el impacto esperado entre los votantes.
Además, Trump hizo campaña con una coalición diversa que incluyó no solo a votantes de clase trabajadora blanca, sino también a sectores de clase trabajadora afroamericanos y latinos. Las elecciones de 2024 también pusieron en el centro el tema de los derechos de las mujeres, especialmente en torno al aborto, aunque el tema no fue tan determinante como en comicios anteriores.
Trump enfrentó este año desafíos únicos, como un juicio en Nueva York y varias acusaciones penales. Sin embargo, sus seguidores vieron en él a un líder destinado a regresar al poder, especialmente después de sobrevivir al intento de asesinato en un mitin en Pensilvania, evento que consolidó su imagen de lucha y desafío.
Con una base fortalecida y una postura crítica del orden actual, Trump promete una era de cambios profundos que podría redefinir el rumbo de la política estadounidense en los próximos años.